22-09-2022
(Según testimonios de Asunción -Susi- Esclapez Mora, Carmen Gómiz Martínez, Asunción Sansano Mallorca, Gaspar Quirant Pomares “el Periquín” y Vicente Vicente Antón “el Arrendador”, padrino de boda de los padres de Susi)
A la altura del kilómetro cuatro de la carretera CV-851, la conocida carretera “del León”, se encuentra el bar El Pino, con más de ochenta años a sus espaldas. Gracias a su actual propietaria, Susi Esclapez Mora, y a un nutrido grupo de colaboradores, hemos podido conocer algo de la historia de este popular establecimiento.
En 1936, antes del estallido de la guerra civil, Asunción y Francisco -abuelos de Susi- abrieron una tienda a la que pusieron el nombre de “La Barraquera”, comercio que vendía “de todo”: sombreros, esparteñas o agujas; y, a granel, azúcar, arroz, garbanzos, habichuelas, piñones… De todo un poco. Después montaron el bar, luego una barbería y, más tarde, un taller de bicicletas.
Francisco era batidor de máquina [de trillar]; su hijo “Frasquito” también. La máquina pertenecía a una sociedad denominada San Isidro. Según afirma la nieta de los fundadores, Francisco trabajaba muchas horas; venía rendido, se echaba debajo del pino y se dormía. La máquina la transportaban con un par de vacas y la arrancaban “a tirón”; el motor lo llevaban aparte, con una yegua. Cuando tenía que hacer muchas cosas en Elche, Francisco iba con el carro y la yegua. Si no, iba Asunción con su bicicleta.
En los primeros años, la barbería estaba en una habitación de la casa; más tarde se trasladó a la porchada del bar, donde Susi aún la recuerda. En la barbería estuvieron, primero, Agapito, Paco y Juan “el Rojo Barbero”; otros eran hermanos, Luis y Paco... O Pepe, que fue el que más años trabajó allí, treinta.
Los hombres iban al bar a jugar al dominó o a las cartas y almorzaban bajo el pino. Los sábados y los domingos por la tarde se divertían con el caliche, juego parecido a la petanca. También se hacía baile, por ejemplo, el día de la Candelaria; nuestros informantes recuerdan que había un músico llamado Alejandro Ros que tocaba el acordeón. Los jóvenes de la partida jugaban al billar, a los futbolines o a los dardos; también había una máquina de bolas y una de discos. Se tomaban algún refresco, helados y, sobre todo, lo pasaban bien. Los guardias civiles, cuando estaban por la partida, iban en bicicleta o a caballo al bar y tomaban algo. También se acuerdan de un colmenero que recorría el Campo de Elche, al que llamaban “el tío Pachoches”.
Algunas veces montaban un circo en el bancal, al que acudía mucha gente. Durante un tiempo tuvieron una vaca que, a menudo, pacía en torno al pino, que entonces estaba vallado. Los domingos, Asunción hacía agua cebada y agua limón y, los sábados por la noche, chocolate. Algunos días se juntaban amigos a asar mújol y hacer caldero, que se comían bajo el pino. Cuando ya había televisión compraron una y algunos vecinos se sentaban a ver corridas de toros o películas. En el bar llegaron a celebrarse varias bodas, las de los tres hijos de los fundadores y las de algunos vecinos.
Cuando Asunción se jubiló, el bar pasó a su hija. Aunque ha estado unos años a cargo de otras personas, desde 2017 lo lleva Susi Esclapez “la Barraquereta”, nieta de Francisco y Asunción, tercera generación de la familia, a quien agradecemos las facilidades que nos ha dado para la redacción de este texto.
Foto 1. El bar “El Pino” en la actualidad.
Foto 2. Boda de Tomás Esclapez y Asunción Mora, padres de la actual propietaria, celebrada en el bar (24 de abril de 1965).
Foto 3. José Francisco Esclapez, hermano de Susi, en una celebración familiar en el bar (16 de septiembre de 1967).
Foto 4. José Francisco Esclapez jugando en la porchada del antiguo bar (finales de los años sesenta).
Foto 5. José Francisco Esclapez junto a su padre en la porchada del antiguo bar (finales de los años sesenta).
Foto 6. José Francisco Esclapez y su madre, Asunción Mora, a la sombra del pino (ca. 1970).
Foto 7. Asunción Esclapez, actual propietaria.
Autor: Rafa Martínez, director del Museo Escolar de Puçol.