Desde hace mucho tiempo, los autores de este estudio llevan observando detenidamente los tejados, las porchadas y construcciones antiguas de la ciudad y del Camp d’Elx, en cuyas estructuras, si nos fijamos con atención, aparecen nombres, símbolos y dibujos que cuentan historias. Sellos impresos y huecograbados que en su momento informaban al comprador sobre la fecha, lugar y fabricante, y ahora ofrecen al visitante anécdotas, enigmas e incluso sucesos trágicos relacionados con la Guerra Civil.

La Colección Cerámica Canales y Brotons busca poner en valor piezas ignoradas en la actualidad, que en su momento otorgaron un perfil característico a las viviendas de muchos ilicitanos, mejorando la calidad de vida al proporcionar protección, cobijo y aislamiento frente a las inclemencias del tiempo, utilizando tan solo tierra, agua, sol y fuego.

La arcilla, como materia prima, ha sido utilizada desde la prehistoria tanto en construcciones como en la fabricación de recipientes, tal como se evidencia en yacimientos como El Promontori, El Puntal del Búho y La Alcudia, donde se encuentran ejemplos de cerámica ibérica decorada.

Retrocediendo al pasado, los tejados, terrados o terrats de las casas eran planos y pisables, utilizados para captar y conducir el agua al aljibe, también para secar alimentos, ya que era un lugar con sol, aireado y de difícil acceso para algunos animales. Su construcción incluía materiales como trespol (mezcla de yeso o cal con tierra y agua), cañizo para el interior, atoba para pavimento así como los troncos de palmera, olivera y algarrobo entre otros, eran utilizados como vigas en techos o como dintel. Muchas contaban con tejas curvas o árabes, aislantes y protectoras de los tejados desde hace muchos siglos.

Los azulejos o manises, ladrillos y pavimentos hidráulicos también narran su propia historia, como el azulejo valenciano con sus colores característicos azul, amarillo y blanco, que encontramos en la ciudad de Elche, por ejemplo, incorporado al mobiliario urbano en parques y jardines, La Glorieta, Parque Municipal o antiguas casas señoriales.

En los inicios del siglo XX la teja plana alicantina que mejoraba y facilitaba el montaje y aislamiento, fue extendida y generalizada en las viviendas del Camp d'Elx por agricultores que regresaron al campo tras la llegada de nuevas fuentes de agua para riego, procedentes de sobrantes y avenamientos del Segura, convirtiéndose en un elemento constructivo indispensable, sustituída parcialmente muchos años después por la teja mixta y los nuevos sistemas de impermeabilización de cubiertas.

Teja alicantina que, en realidad, deberíamos llamarla francesa o marsellesa, pues allí fue donde se ideó y exportó a los cinco continentes a través del comercio marítimo, llegando a nuestra ciudad a través de la construcción del ferrocarril y construcciones asociadas. En nuestra provincia, sus abundantes yacimientos de arcilla dieron lugar a numerosas fábricas de cerámica en el entorno de Alicante, San Vicente del Raspeig, Agost, Petrer y Elche, conformando una industria que adoptó como suya la teja que los hermanos Gilardoni inventaron a mitad de siglo XIX, y los ceramistas marselleses perfeccionaron.

Queremos recordar importantes fábricas cerámicas de la provincia, de cuyos hornos proceden centenares de valiosas piezas actualmente incorporadas a esta colección,

• Hijos de Jaime Ferrer Vidal y Compañía (de procedencia catalana).


• Francisco Ramón-Borja, de Tejas Borja, en Alicante, donde también existieron Prudencio de La Viña, Cedolesa, Botella Seguí y Lozano, San José, Isidoro Campos, El Sol y otras.


• Vicente Cervera, de Aspe.


• Vicente Cervera y Santa Faz de José Marcos Coves, ambas de Aspe. 


• La Escandella, de Agost.


• Ribelles y Millá, de Petrer.


• La Robella, de Villajoyosa.

Y procedentes de conocidas firmas ilicitanas,

• Hijos de J. Quiles y La Cerámica Ilicitana con sus asociaciones con Segura - Quiles y Quiles - Llebres.


• Cerámica La Asunción

Así, la colección de tejas, ladrillos, azulejos y otros objetos relacionados, junto a la documentación perteneciente a muchas de las empresas citadas, crece día a día gracias a las adquisiciones, donaciones y cesiones realizadas. La primera vez que una pequeña parte de la colección se dio a conocer fue en la II Festa del Palmerar, celebrada en l’Hort de Felip en 2023, donde se mostró apenas una treintena de piezas, evolucionando actualmente hasta la presente exposición albergada tras los muros de la centenaria Casa-Museo de l´Hort dels Pontos, gestionada por el Museo Escolar de Puçol.

Agradecemos la generosidad de todas las personas y entidades que han aportado su granito de arcilla a la colección, a través de su colaboración, donaciones, testimonios y recuerdos entrañables que permanecen en nuestra memoria, con el compromiso de preservarla y mostrarla, acompañada de un estudio pormenorizado de las piezas y su singular historia. Piezas cotidianas que se tornan invisibles y, sin embargo, al elevar la mirada a les porxades o tejados, podrás descubrir y valorar.

La lluvia se desliza por ella, el sol pelea y refleja, imperturbable en el tiempo es la teja.

Autores: Rosa Brotons y Carlos Canales.

Bibliografía:

• GÁLVEZ LÓPEZ, Antonio (2015). Agua y ordenación del territorio en la primera mitad del siglo XX en el Camp d’Elx. Tesis presentada para la obtención del titulo de doctor por la Universidad de Alicante. Disponible en: http://hdl.handle.net/10045/54427         


• JAÉN I URBAN, Gaspar (2017). Formació d’una ciutat moderna de grandària mitjana. Elx, 1740-1962. Ed. Publicacions de la Universitat d’Alacant.


• JAÉN I URBAN, Gaspar (1979). L'arquitectura popular dels horts de palmeres d'Elx. Tres exemples. Ed. Universitat de València | Edicions Tres i Quatre. Disponible en: http://hdl.handle.net/10045/46031


• BROTONS GARCÍA, Baltsar; SOLER VICENTE, Antonia (1986). S’ha perdut una cultura del Camp d’Elx. Ed. B. Brotóns.