Con motivo del Día Internacional del Docente nos visitó Menchu Alonso, maestra –ahora jubilada- que durante muchos años estuvo destinada en el colegio Víctor Pradera, donde tuve la suerte de tenerla como profesora de lengua y literatura entre los años setenta y ochenta, en aquella EGB que, los que hoy peinamos canas, tanto recordamos.

En efecto, el pasado 8 de octubre, Menchu entró en clase y se dispuso a responder a todas las cuestiones planteadas por el alumnado de nuestro centro, que no fueron pocas. Allí salió a relucir su vocación, su formación y los primeros centros donde prestó sus servicios -en Castilla y León y en Andalucía- hasta recalar en nuestra ciudad, donde, junto a su familia, echó raíces e hizo escuela –nunca mejor dicho- entre numerosos/as discípulos/as que nunca la hemos olvidado.  

Menchu es una excelente maestra; podrá estar jubilada, pero sigue siendo maestra, una maestra culta, divertida, inteligente, inquieta, rápida, ingeniosa... De todo ello puedo dar fe desde que tenía 12 años; y hasta el otro día, en que, de nuevo, volví a entrar con ella en un aula y tuve el placer de escucharla una vez más, como si el tiempo no hubiera pasado.

Gracias, Menchu, por haberte prestado a colaborar con nosotros/as con motivo del Día Internacional del Docente. Personas como tú, como tantas otras profesionales del magisterio, engrandecéis la educación, indispensable para el devenir de la humanidad.

Autor: Rafa Martínez, Director de la Fundación Proyecto Puçol