21-10-2024
En mayo de este año se presentó el último libro –por ahora- de María Dolores Peiró, Puesto ya el pie en el estribo..., volumen editado por la Cátedra Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández de Elche. La obra recoge una selección de las tribunas escritas por Marilola en el diario Información entre 1992 y 2021; excelentes artículos cuajados de reflexiones y comentarios certeros, de esos que te invitan a reposar su lectura y a dialogar con ella, con nuestra querida profesora. Una obra que se abre y se cierra con textos de María Pomares, delegada del periódico en Elche; y Sol Pérez, amiga y compañera de aventuras literarias y expositivas. Libro, a su vez, que debe mucho al buen hacer de otro gran amigo, David López.
Siempre atinada en sus observaciones y comentarios, Lola Peiró desgrana en cerca de noventa tribunas su opinión, sus percepciones, sus críticas o sus añoranzas sobre la vida y sus tiempos, sobre temas locales y universales (en el fondo, lo mismo: lo local es universal y a la inversa); sobre la enseñanza, sobre el cine, sobre su camino a Ítaca, sus puestas de sol otoñales o aquella posguerra anclada en su memoria. Nos regala, en definitiva, lecciones de sabiduría y humanidad, tan necesarias como poco frecuentes. Algunos textos también se refieren al Museo Escolar de Puçol, a su difusión o a su reconocimiento por la Unesco (2009). Y es que nuestro museo está en deuda con Lola.
Tuve la suerte de conocerla en la década de los noventa, cuando comencé a colaborar con el museo y con el entusiasta equipo que, por entonces, lo regía, un grupo irrepetible de personas, lideradas por Fernando García Fontanet, a las que tanto les debo. Compartí unos años con ellos: con Fernando, Antonio Ródenas, Juan Galiano, Francisco Ripoll, la familia Vicente-Sabuco, Paco Pérez Soriano y tantos otros, artífices de un museo escolar que nació y creció gracias, sobre todo, a la gente de Puçol y del Camp d’Elx, contando, además, con el apoyo incondicional de personas como Lola.
Las primeras exposiciones del museo en la ciudad, Entregeneraciones (1994), La calle de El Salvador (1996), El Cinematógrafo (1998) y La escuela en Elche (2000), fueron obra de aquel entusiasta equipo gestor del museo, en el que sobresalía la figura de Lola, con su genio juicioso y culto, lleno de valentía y de verdad.
Si aún no han leído Puesto ya el pie en el estribo... les animo a que se lancen a ello y le hagan compañía a nuestra querida Lola, que a buen seguro quedará muy satisfecha de que le rindamos este homenaje literario –los otros nunca le han gustado- y, de vez en cuando, nos quedemos un rato sosegado a charlar con ella.
Autor: Rafa Martínez, director del Proyecto Puçol