Son muchas las tradiciones asociadas a la indumentaria, algunas un tanto curiosas. A modo de ejemplo, el luto o el ajuar reflejan usos y costumbres cada vez menos habituales.

“A las dos abuelas siempre las conocí de negro. Entonces se ponían luto por todos, eran familias muy largas, cuando no era uno era otro”.

Así se expresaba una de las personas entrevistadas durante la investigación que, durante meses, se ha llevado a cabo para la preparación de esta muestra.

El alumnado de quinto y sexto se ha dividido en cinco parejas y, cada una de ellas, ha centrado su trabajo en un tema distinto relacionado con la imagen personal: la confección, la colada, la ropa de diario en comparación con la festiva, el calzado y la evolución de la moda a lo largo del siglo XX. Para ello, los/as escolares han recurrido a las nuevas tecnologías, pero también al fondo documental del Museo Escolar de Puçol, al archivo fotográfico, a las colecciones de indumentaria y de zapatos y a las historias de vida de personas que vivieron aquellas épocas.

Esta exposición nos acerca a la ropa -y a los complementos- de nuestros abuelos y de nuestras abuelas, de nuestros padres y madres, desde varias perspectivas: quién la confeccionaba, cómo se lavaba, qué se vestía entre semana en contraste con los fines de semana o los días festivos... Se muestran las diferencias entre las modas pasadas y las presentes, tanto en ropa como en calzado y accesorios; la forma de lavar con anterioridad a la aparición de las actuales lavadoras; y otros detalles que nos ayudan a comprender cómo se vivía décadas atrás en la ciudad de Elche y su campo.

A lo largo de la exposición destaca el papel de la mujer, puesto que era ella la que hacía o compraba la ropa, la que la reparaba, la bordaba y la lavaba.

“Se juntaban las vecinas a remendar, a hacer los arreglos. Mi madre se ponía un montón de ropa, se sentaban allí en una esquina donde el sol, donde ellas estaban bien, y a hablar y chismorrear. Era divertido y se lo pasaban en grande”