Del 5 de diciembre de 2019 al 2 de febrero de 2020

Nos encontramos ante una colección excepcional. Diego Agulló Marco (Elche 1927-2012), miembro de la conocida familia “dels peixos”, dedicó gran parte de su tiempo a construir maquetas de los carros que conoció en su niñez. Lo hizo de memoria, una vez jubilado, y se esmeró en conseguir el máximo nivel de detallismo del que fue capaz.

Desde siempre le llamaron la atención los carros, en su infancia los conoció bien, pues su familia tenía una gran tienda de ultramarinos y allí llegaban los carros de reparto cargados con las mercancías. Cerca de la tienda había un gran abrevadero, donde los carreteros paraban para que las caballerías descansaran, y allí desarrolló su pasión observando la gran variedad de vehículos que existía: unos para el desplazamiento de personas, otros en los que se transportaban las mercancías, aquellos que usaban los vendedores ambulantes, los que utilizaban agricultores y ganaderos…

Con el tiempo los carros fueron desapareciendo, los vehículos a motor arrasaron con ellos, y poco a poco su memoria también decayó. Sin embargo, Diego Agulló no se olvidó de ellos. Habiendo sido, desde siempre, aficionado a las manualidades, en 2005 construyó unas primeras maquetas de carruajes que despertaron el interés por sus más allegados. Él explicaba con gran detalle todas las características de estos vehículos, que hacía tantísimos años que no circulaban y fue su nuera quien le dio una idea… ¿por qué no realizar maquetas de cada uno de los carros que recordara y, una vez terminada la serie, donarlas al Museo Escolar de Pusol? Aquella idea le gustó, y comenzó un proyecto que le llevaría varios años, hasta 2012, en los que realizó treinta y tres modelos diferentes. No solo se esmeró en su creación, sino realizó además una descripción de cada uno de ellos, con el uso que se le daba y las características que le distinguían. Esas descripciones son, sin apenas modificaciones, las que acompañan a las maquetas en esta exposición, a modo de cartelas.

Los materiales con los que están realizadas estas maquetas son, en su totalidad, reciclados: pequeños retales de carpintería, cascabots de palmera para realizar las figuras, telitas cosidas por su esposa María e, incluso, envoltorios de los pequeños juguetes que encontramos dentro de unos conocidos huevos de chocolate… Muestra del ingenio que alguien acostumbrado a los trabajos manuales suele tener. Diego Agulló realizó, no solo estas treinta y tres maquetas de carros, sino muchos otros trabajos que conserva su familia y que ayudan también a documentar la vida de un Elche no muy lejano…